The adventure of
Blaze and friends
Un
favor de "amigos"
Después
de la cena y de la gran ducha que tomamos Honey, Marine, Silver y yo,
fuimos a la cama sin dudar un segundo. Estábamos agotados. El día
anterior nos las vimos con Eggman y hoy nos levantamos muy temprano,
caminando horas por el bosque para poder volver a casa. Necesitaba
una cama, y la necesitaba ya.
Con
el pijama ya puesto, me metí dentro, al igual que mis dos amigas;
Amy y Rouge, junto con Sonic, Tails y Knuckles, se quedaron abajo,
viendo la televisión creo. Tampoco tenía intención de enterarme,
simplemente quería dormir.
-Buenas
noches -dijo Honey dulcemente mientras dejaba escapar un leve
bostezo.
-Hasta
mañana -respondí yo, acurrucándome bajo las mantas.
-Soñad
con chicos sexys... Y Shadow no cuenta -dijo Marine con "delicadeza",
como ella solía ser.
Honey
rió un poco por no regañarla, aunque yo le dirigí una mirada
severa. Tenía sueño, y no me apetecía escuchar sus bromas sin
gracia.
Quedé
profundamente dormida a los pocos minutos de cerrar los ojos. De
verdad que necesitaba dormir en mi cama, y al fin lo estaba haciendo.
-Hola
Blaze
-¿Quién
anda ahí?
Ladeando
la cabeza, busqué esa voz que me hablaba. La búsqueda terminó
cuando vi la figura de Silver en aquel espacio vacío y blanco... Era
un lugar extraño.
-Tranquila,
era yo.
-Ya,
ya me he dado cuenta... ¿Dónde estamos?
Rió
levemente y se acercó a mí.
-¿Qué
importa eso, si estamos juntos?-me sonrió.
Me
extrañé por su comportamiento, y por sus palabras y su sonrisa mis
mejillas se tornaron a un sutil rosa palo.
-Estás
muy mona sonrojada.
Acto
seguido me acarició la mejilla izquierda.
-¿Q-Qué
tonterías estás diciendo?-tartamudeé nerviosa.
-Sabes
perfectamente a qué me refiero... Sabes que te quiero.
Esas
últimas palabras hicieron que mi cara se volviese roja en cuestión
de segundos. Juraría que hasta salía humo de mi ser.
-¡¿Q-Q-Qué
estás...?! ¡D-Deja de bromear así!
-No
es ninguna broma-se acercó a mi rostro, apenas nos separaban unos
centímetros- Te quiero.
-¡YA!
¡CLARO!
Me
crucé de brazos y le di la espalda, aún con la cara roja. Escuché
una risa a mi espalda.
-Sí,
ríete. En cuanto salgamos de aquí sabrás lo que es bueno- mascullé
molesta.
Cuando
me di cuenta lo vi frente a mí, flotando. Di un salto hacia atrás
del susto.
-Hey,
no te asustes. Sólo soy tu novio Silver, no tienes nada que temer.
-¡T-TÚ
NO ERES MI NOVIO!-bramé escandalizada.
-¿Y
no te gustaría?-susurró, tomando de nuevo mi mejilla izquierda y
acercando su rostro al mío, mirándome fijamente a los ojos...
Sentía que mi corazón se derretía, y aunque me calmé un poco, mis
mejillas seguían rojas.
-Sabes
que te gusto y sabes que me gustas... Si no fuese porque nos han
interrumpido varias veces, hace mucho que nos habríamos besado, así
que: ¿por qué pierdes el tiempo...?
-El
tiempo...-repetí, hipnotizada por sus ojos y perdida en mi mente.
-¡DEJA
DE PERDER EL TIEMPO!
Y
en un momento, en lugar de encontrar la cara de Silver frente a mí,
encontré la de mi padre. Miré a mi alrededor y sí, tal y como
pensaba, estaba en su despacho... ¡¿Qué demonios hacía en el
despacho de mi padre y dónde estaba Silver?!
-¡Blaze!
¡Deja de perder el tiempo!
-¿Q-Qué?
¿Por qué me gritas así?-lo miré.
-¡Silencio!
¡Necesitas mucha disciplina jovencita! ¡Aún eres una inmadura!
-¿Disciplina?
¿Inmadura? ¡¿Con quién te crees que estás hablando?! ¡Vale que
seas mi padre, pero me niego a que me llames eso sabiendo que soy
MUCHO más madura que Alice!
-¡¿CÓMO
TE ATREVES A HABLARME ASÍ?! ¡UN RESPETO A TU PADRE, AÚN ERES UNA
CRÍA!
-¿U-Una
cría...?
Me
miré y, efectivamente, lo era. Era una cría, y volví a dirigir mi
mirada hacia mi padre, que se me hizo mucho más alto e imponente que
antes.
-¡L-Lo
siento papá!-dije entre sollozos y abrazándolo.
Mi
padre suspiró y me abrazó también.
-Perdona
por los gritos, pero te vi jugando con Silver y...
¡Silver!
¡Me olvidé de él por completo! ¿Dónde estaba?
-P-Papá...
¿Dónde está Silver?-lo miré con los ojos humedecidos por las
lágrimas.
-Con
el bastardo de su padre, ¿con quién si no?-dijo apretando dientes y
puños, reprimiendo los gritos diría yo.
¿Qué
está pasando? Hace un momento estaba con él, íbamos a... A hablar,
y ahora estoy con mi padre. Y llama bastardo al padre de Silver...
Eh, eh, eh, un momento... ¿Por qué mi padre conoce a Silver? ¿Y
por qué conoce al PADRE de Silver? ¡¿Y qué narices está pasando
aquí?! ¡No entiendo nada!
En
un segundo, escuché como alguien lloraba, aunque intentaba hacerlo
en silencio.
-Blaze...
¿Dónde estás?
Me
fijé en la mujer en cuestión, y la conocía muy bien.
-¿Mamá...?
-Blaze...
Por favor...-seguía llorando mientras miraba la luna desde un
balcón.
-Mamá,
estoy aquí. No llores más ¿eh?-sonreí un poco, pero parecía no
escucharme.
Intenté
llamarla de nuevo, pero nada. No se daba cuenta de mi presencia.
Alargué el brazo, y, sorprendentemente, no veía nada. ¿Acaso era
invisible o estaba y a la vez no estaba...? Quiero decir, como un
espíritu... Estaba presente pero no en el mundo... Bah, da igual.
Que no me veía.
Me
acerqué a ella, a contemplar la luna mientras la escuchaba hablar.
-Espero
que estés bien, tu hermana dijo que no nos preocupáramos pero...
La
miré esperando a que terminase.
-Pero...
No puedo dejar de pensar que te ha podido pasar algo...
Las
lágrimas volvieron a recorrer sus mejillas, esta vez todas juntas.
Se me partía el alma al verla así.
-Mamá,
no pensé que me fueras a extrañar tanto...
-¿Por
qué te quedaste allí? ¿Por qué no vuelves?
-Es
que... Tengo buenos amigos, y me siento muy agusto con ellos...
-Sé
que aquí las cosas no van bien, pero Blaze, yo... Nosotros, te
queremos.
-Y
yo a vosotros, pero no quiero dejarles...
Me
pareció sentir lágrimas por mis mejillas, pero no podía
asegurarlo, ya que no estaba ni siquiera segura de si poseía un
cuerpo.
-Mi
niña... ¿Que estarás haciendo ahora?
-Quedarme
a tu lado... Y creo que llorar...
Seguimos
mirando al cielo por unos segundos, creo que piensa que estoy allí
arriba. O buscando el planeta Tierra o rezando por mi bienestar más
allá de las nubes... Mamá, eres una exagerada. No estoy muerta.
-¡FUEGO!
Un
grito de guerra me sacó de mis pensamientos y ambas miramos al
horizonte. La figura de un avión de guerra se recortaba en el cielo,
y muy cerca de nosotras soltaron lo que parecía ser una bomba.
-¡MAMÁ!
Intenté
apartarla, pero era como si mi cuerpo la traspasara. Parece que en
aquel momento ni siquiera existía.
Lo
único que hice fue ver como la bomba detonaba y lo destrozaba todo a
su paso, y nosotras no fuimos una excepción. Mi último recuerdo de
ese momento fue como una luz blanca cegaba mi vista, y ahí terminaba
todo. Segundos más tarde, todo era oscuridad.
-¿Mamá?
Ni
siquiera estaba de pie, mi cuerpo flotaba en aquel espacio negro.
-¿Papá?
Miré
a mi alrededor asustada.
-¿S-Silver...?
Y
nadie contestaba.
-¡¿Alguien?!
¡Ayuda!
(Imagen hecha por mí :3 (?))
-A-Ayuda...
Todo
era silencio y una suave brisa me rozó la cara. Sentí como algo me
movía el brazo con sosiego, y lentamente abrí los ojos. Comprendí
que todo lo de antes sólo era un sueño, bueno, al final una
pesadilla, pero lo más importante era que las situaciones anteriores
no fueron reales.
No
conseguía ver nada, estaba demasiado oscuro. Me giré para ver quién
me había movido el brazo y la figura de Sonic se recortaba con
cierta dificultad en la habitación con la única luz de la luna
iluminando su silueta, aunque no era suficiente.
-¿Sonic?
¿Qué haces aquí?-lo miré sin comprender por qué me despertaba.
No
dijo nada, sólo me calló con sus dedos, acción la cual me dejó un
poco perpleja. Entrecerré los ojos para intentar verlo mejor pero
era inútil. Sólo se distinguían sus púas y ni siquiera así podía
verle bien, ni su cara ni su pelo azul ni nada. La silueta y nada
más.
-¿Qué
qué quieres?-susurré esta vez.
Creo
que me señaló el piso de abajo, pues luego salió por la puerta y
se fue. Miré extrañada el camino que tomó y pensando qué rayos
quería a esas horas, que por cierto, al mirar el reloj vi que eran
las cinco menos cuarto. ¿Quién demonios se levanta a esa hora para
bajar? Apretando los dientes molesta me levanté y miré por la
ventana. No recordaba haberla abierto, y a parte de Sonic, la fría
brisa de la madrugada fue lo que me despertó. Decidí cerrarla y
finalmente bajé.
Yendo
hacia el salón, escuché como se cerraba la puerta de la entrada.
-¿Para
qué sale?-pensé.
Suspiré
cansada y salí sin detenerme. Sólo quería volver a la cama, aunque
después de la pesadilla de antes, tampoco tenía muchas ganas de
dormir.
Fuera
se veía mucho mejor que en la habitación, pero hacía un poco de
frío, aunque en cierto modo llegaba a ser hasta agradable. Era
verano y no era tan molesta después de todo. Miré la luna y su
claridad me iluminó el camino, pero aun así no veía a Sonic.
-Podría
haber iluminado la habitación con una de mis llamas-pensé,
golpeándome la frente con la palma de mi mano- Idiota, así habrías
distinguido mejor su figura.
Volví
a mirar a mi alrededor y no veía a nadie. Si era una broma, mañana
me las pagaría.
-Sonic,
te juro que como no aparezcas en unos segundos Amy se tendrá que
buscar a otro erizo-mascullé.
Al
instante sentí cómo me daban en la espalda con suaves toques.
-Vaya,
si has decidido aparecer-me giré irónica, y ojalá no lo hubiese
hecho. No querría haber visto a quién vi, de ello estoy segura.
-Hey
gatita, ha pasado mucho tiempo ¿cierto?-sonrió pícaro.
-No,
tú no...-me lamenté.
-¿Te
sigues acordando de mí después de estar desaparecido durante meses?
Me halagas-rió y se acercó a mí con esos colmillos asomados en
forma de sonrisa y su mirada pervertida, un gesto inolvidable a pesar
de haberlo visto una vez.
-No
recuerdo tu nombre, pero esos ojos y esa sonrisa de depravado no
pasan desapercibidos-dije con indiferencia.
-Ah...
Así que te gustan mis ojos y mi sonrisa ¿eh?-dijo con picardía.
-Yo no
he dicho eso-lo miré fríamente.
-Pero
los recuerdas perfectamente, ¿te fijaste en mí?-susurró con cierta
lujuria, rodeando mi cintura con sus manos y acercándome a su cara.
-No me
toques.
-Tranquila,
no te haré daño. La noche es joven, y sólo quiero disfrutarla
contigo...
-Querido,
creo que te olvidas de algo-sonreí sarcásticamente.
-No te
preocupes, traigo protección.
Tomé
sus manos y les prendí fuego. Al instante me soltó y se alejó
quejándose.
-¡E-Eres
una bestia!-dijo al borde de las lágrimas, o eso me pareció ver.
-No
vuelvas a tocarme, te lo advierto.
Me
miró irritado y se acarició las manos continuamente.
-Esta
vez te perdono... Porque me encanta que seas así de fría conmigo.
-Masoquista.
-Como
quieras llamarlo-se encogió de hombros y sonrió divertido.
-Bueno,
yo me voy. Adiós.
Sin
ningún interés de seguir mantenteniendo una conversación con aquel
sujeto, me dirigí hacia la puerta de casa. Y, como era de esperar,
sujetó mi mano y tiró de mí acercándome a él de nuevo.
-Tú
no te vas a ninguna parte, tengo que hablar contigo.
Suspiré.
-¿Qué
es lo que quieres? Estoy ocupada.
-Pero
si no estás haciendo nada-arqueó la ceja.
-Para
ti siempre estoy ocupada, ¿qué?-lo miré fríamente.
-Bueno
bueno, relájate... Quería hacerte una propuesta, no me enseñes las
garras-rió burlón.
Volví
a suspirar, de verdad que este tío agotaba mi paciencia en cuestión
de segundos.
-Bien,
¿qué me vas a proponer?-me crucé de brazos esperando.
-Necesito
tu ayuda para cometer un atraco.
Me
quedé en silencio unos segundos y luego reí a carcajadas. Me miró
sin comprender.
-¿De
qué te ríes?
-¡Estás
loco si de verdad crees que voy a ayudarte a cometer un atraco!-dije
sin parar de reír.
-¿Segura?-dijo
con cierto tono de malicia.
Dejé
de reírme y lo miré con un poco de inquietud. Ese tío tenía una
mirada perturbadora y no me gustó nada su tono de voz.
-Claro
que estoy segura. Yo no ayudo a delincuentes.
-Porque
no es tu estilo, ¿cierto?-sonrió burlón.
No
entendí a qué vino eso, simplemente seguí mirándole.
-Dime
Blaze, ¿cómo está tu amiga Honey?
-Está
dur... ¿Cómo sabes su nombre?-dije algo desconcertada.
-Que
os conozco Blaze, que os he estado espiando al igual que el marginado
de Shadow-volvió a sonreír con burla.
Me
quedé callada. Es verdad, nos lo dijo el día que lo conocimos.
-Es
muy mona ¿sabes? Y parece tan inocente... Pero yo me encargaré de
que deje de serlo, sólo tengo que llevármela un día-sonrió
malicioso, mirando la ventana de nuestra habitación.
-¡Ni
se te ocurra!
Me
miró aún sonriendo.
-¿Y
quién me lo va a impedir?
-¡Yo!
¡No pienso dejar que te acerques a ella!
Volvió
a reír.
-Querida,
tú no te pasas las veinticuatro horas con ella. De noche no serás
consciente de si desaparece, ¿verdad?
Me
quedé callada, mirándole fijamente.
-¿Para
qué quieres que te ayude?
-Oh,
bueno, hay una caja fuerte que tiene una contraseña...
Complicada-dijo encogiéndose de hombros y llevándose las manos a
los bolsillos de su chaqueta de cuero.
-¿Y
ahí qué pinto yo?
-Con
esas llamas tan bonitas que salen de tus manos podrías fundir esas
bisagras tan molestas de la puerta. Y yo me quedaría con el
botín-sonrió divertido.
-Eres...
Eres terrible-dije apretando los dientes.
-Gracias
encanto. Y por cierto, me llamo Scourge. Espero que no vuelvas a
olvidarlo.
Soltó
una carcajada y volvió a mirarme.
-A las
nueve estaré aquí. No me hagas esperar o tu amiguita lo lamentará,
y espero un buen trabajo por tu parte-sonrió guiñándome el ojo.
No
dije nada. No quería hacerlo pero...
-Aquí
estaré-acepté resignada.
En
un abrir y cerrar de ojos se fue, dejando una estela verde a su paso,
como hizo aquella vez... Casi un año.
Volví
adentro, a la habitación de las chicas. Me metí en la cama y cerré
los ojos, y en cuestión de segundos quedé profundamente dormida,
otra vez.
A
las ocho ya estaba levantada. Se me hizo imposible dormir. Para mi
sorpresa, Silver ya estaba levantado.
-¿Silver?-dije
sorprendida.
-¿Blaze?-preguntó
con la misma reacción que tuve yo- ¿Cómo tú tan temprano
levantada?
-Lo
mismo podría decir yo de ti-respondí acercándome-. ¿Qué haces
levantado? Ayer estabas agotado.
-Sí,
bueno, los ronquidos de Sonic me han despertado-rió-. ¿Qué hay de
ti?
-...
Pesadillas, he tenido unas pesadillas muy extrañas-murmuré,
recordando los sueños de la noche anterior.
-Oh...
Espero que se te hayan pasado, sólo eran pesadillas-sonrió con
dulzura.
Un
leve sonrojo se posó sobre mis mejillas, pues esa sonrisa me recordó
a mi primer sueño. Evité encontrarme con ella o con su mirada y me
hice un café. Hoy sería un día largo.
-En un
rato saldré-le informé.
-¿Quieres
que te acompañe?
-No-dije
con rapidez, por lo cual creo que se sorprendió un poco-... No, no
hace falta...
-...
Bien, como quieras-dijo extrañado.
Se
quedó mirándome, lo cual me incomodó un poco.
-¿Volverás
pronto?
-S-Sí,
sí... No tardaré.
Miré
la hora, ya eran las ocho y media. Se me había pasado el tiempo
volando, así que enjuagué mi taza con agua y me dirigí hacia la
puerta.
-Blaze,
¿estás bien?
Mi
preocupación por la "operación" que iba a hacer con
Scourge saltaba a la vista, así que no me sorprendió demasiado que
Silver me preguntase.
-Sí,
sólo estoy un poco mareada...
-Ah,
entonces el aire fresco te vendrá bien-volvió a sonreír.
-Ya...
Gracias-dije sin mirarle y salí. Pude sentir cómo no me quitaba la
vista de encima.
Sabía
que era terrible lo que iba a hacer, pero más terrible sería lo que
le hiciera ese desvergonzado de Scourge a Honey... Ojalá el plan nos
saliera mal y nos encarcelaran. Así por lo menos él estaría entre
rejas, aunque yo también lo pagaría sin merecerlo realmente... Me
odiaba en ese momento.
-Kitty,
aquí-rió, sabía quién era.
Me
giré y lo miré mal.
-Ni
kitty ni gatita. Blaze a secas-fruncí el ceño.
-Vale
Blaze a secas-volvió a reír.
-Ha
sido malísimo...
-Ya,
bueno, es lo que hay. ¿Nos vamos a nuestra cita?
-No es
una cita. Jamás saldría contigo-dije con frialdad.
-Pero
sí atracarías un banco ¿verdad?-dijo burlón.
-...
Es por Honey.
-Ya,
ya. Anda, vamos.
Me
agarró de la muñeca y me tiró. Me quejé un poco y me solté, y
caminé un poco alejada de él. Me dirigió una mirada y volvió a
sonreír burlón.
-Venga,
que no muerdo-sonrió mostrando sus colmillos.
-Me da
igual, no quiero que me toques.
-Ok
ok, como quieras-se llevó los brazos detrás de la cabeza y caminó
por delante de mí.
No
tardamos mucho tiempo en llegar a la ciudad, y la gente que pasaba
por nuestro lado se nos quedaba mirando extrañada, asombrada...
Supongo que pensarían que Scourge era Sonic, el parecido sigue
siendo increíble.
Rodeamos
el banco y fuimos a la puerta trasera, que se encontraba en un
callejón.
-¿Es
este?
-Ajá.
No
llegamos a adentrarnos del todo en el callejón, ya que había un
hombre bastante fornido vigilando dicha entrada.
-Ups,
hay alguien. Tendremos que abortar-dije dándome media vuelta, pero
Scourge me agarró del brazo.
-Quieta
ahí gatita, los humanos son seres débiles, y
lo sabes-sonrió con malicia, la cual yo respondí con un
suspiro de resignación y volví a mi posición.
-¿Y
qué hacemos, genio del crimen?-dije sarcástica.
-Distraerlo,
dejarlo inconsciente... ¿Qué prefieres?-me miró divertido.
-Alto
ahí. Voy a cometer un robo, pero no voy a hacer daño a nadie-dije
con severidad.
-Tranquila,
si no le va a doler.
Dejándome
con la palabra en la boca, se fue hacia el que parecía ser un
guardia de seguridad. Éste lo miró con incredulidad y luego esbozó
una pequeña sonrisa, probablemtne pensando que era Sonic.
-A lo
mejor se puede colar haciéndose pasar por Sonic-pensé.
Tonta
de mí al imaginar que Scourge podía ser alguien pacífico como para
engañar a aquel hombre, que al volver a mirarlo quedé estupefacta,
pues ese inocente quedó tumbado frente a Scourge, mientras éste lo
miraba y sonreía burlón.
-¡¿QUÉ
LE HAS HECHO?! ¡DIJISTE QUE NO LE IBAS A HACER DAÑO!
-Dije
que no le iba a doler, y no le dolerá... Hasta que despierte-rió
burlón.
-Eres
un imbécil-resoplé y me dirigé hacia la puerta. Ambos entramos
dentro.
Nos
dirigimos directamente hacia la caja fuerte. Era una habitación con
una puerta con clave y esas inmensas bisagras que al parecer yo tenía
que fundir.
-Hale,
empieza.
-Estás
loco si te crees que voy a poder con eso. No estoy hecha de lava.
-¿Segura?-rió
y me dio un toque en mi gema- El día que tenías fiebre...
-¡Vale,
ya lo he entendido!-dije molesta. ODIO que lo sepa todo.
-Pues
rapidito, que tengo prisa-dijo burlón, y se alejó un poco de la
caja fuerte.
No
estaba segura de lo que iba a hacer. No quería ayudarle a robar,
pero Honey... Eso sí que no, no quería que le pusiese un dedo
encima a ella.
-Eres
despreciable...
-Gracias-rió.
Di
unos pasos hacia atrás.
-Hey,
¿qué haces?-me miró extrañado.
Me
acerqué a la puerta por la que habíamos entrado y pulsé un botón
de seguridad que había justo al lado. Saltaron las alarmas y Scourge
se sorprendió. Automáticamente, todas las salidas se cerraron, y
quedamos encerrados en la sala de la caja fuerte.
-¡¿SE
PUEDE SABER QUÉ HAS HECHO?!-gritó hecho un basilisco.
-Lo
correcto. No te dejaré robar, y no tocarás a Honey porque quedarás
entre rejas. Fin del juego Scourge, ya estoy harta de que siempre te
salgas con la tuya-dije fríamente.
Apretó
los díentes y me acorraló contra la pared. Le miré a los ojos y
tragué saliva, intentando parecer segura de mí misma.
-Ha
sido muy sucio lo que acabas de hacer, Blaze.
-No me
importa, nunca cumpliría mi palabra con alguien como tú.
-Me
vas a obligar a hacer algo que no tenía pensado hacer, pero ya que
sólo tengo unos minutos de libertad...
Me
tumbó en el suelo y se puso encima, sujetando mis muñecas.
-¿Q-Qué
haces?
-Disfrutar
de mi libertad, gatita-se relamió sus finos labios y vi cómo sus
colmillos formaban una sonrisa escalofriante.
Intenté
soltarme, pero me sujetó y me inmovilizó hábilmente.
-S-Scourge,
ni se te ocurra a...
Me
mordió el cuello y sentí como mi cuerpo fue recorrido por un
intenso escalofrío. Con una mano me sujetó ambas muñecas y bajó
la que tenía libre hasta mi cola. Comenzó a acariciármela y sentía
que enrojecía, mientras lo miraba con un poco de miedo de lo que me
pudiese hacer este depravado.
-Scourge,
en serio... Para...-dije entre susurros, no me veía capaz de subir
más la voz.
-Sabes
que te gusta, a todas os gusta-dejó salir una leve risita y,
sujetándome con sus piernas las mías, me comenzó a desabrochar la
chaqueta.
Aprovechando
que tenía las manos libres, le lancé una llamarada al pecho. Le
hice retroceder e intenté salir corriendo, pero me alcanzó
rápidamente.
-¡Scourge!
¡No tiene gracia!-grité Dios sabe cómo.
-Ni
hablar, me encanta verte tan alterada.
Acto
seguido me levantó un poco la camisa interior, no más por encima de
mi ombligo, y me soltó el pelo.
-Eh,
así estás mucho más guapa -volvió a reír.
Me
caí y lo miré.
-Mira
que eres torpe.
Volvió
a ponerse sobre mí y cuando iba a bajarme las mallas, las puertas se
abrieron de golpe.
-¡ALTO!
La
luz nos iluminó con cierta dificultad y pude vislumbrar a algunos
policías y la figura de cierto amigo que esta noche confundí con
Scourge.
-Sonic...-dije
aliviada, y más tarde presencié las figuras de Silver, Knuckles y
Tails.
-¿Otra
vez tú, Scourge?-nos miró y en un momento se quedó mudo.
-¿Otra
vez ese...?-Knuckles avanzó y quedó igual de sorprendido que Sonic.
-¿Qué
pasa? ¿Por qué tanto silencio?-Tails se acercó e instantaneamente
Knuckles le tapó los ojos.
Finalmente,
Silver también se acercó y nos vio. Tanto Scourge, como Silver y
yo, nos quedamos helados durante unos segundos.
-S-Silver...-Sonic
lo miró y se asustó. Parecía realmente enfurecido, o esa impresión
daba al verlo.
Levantó
la mano y Scourge se elevó. En menos de un segundo lo estampó
contra una pared con fuerza, dejándolo anonado.
Nadie
dijo nada y se acercó a mí, agachándose a la altura de mi cara.
-¿Estás
bien? ¿Qué te ha hecho?-me preguntó mirándome el cuerpo.
Mi
cara se tornó en rojo y bajé la mirada avergonzada.
-P-Para...
Se
extrañó y lo empujé.
-¡Deja
de mirarme! ¡Pervertido!
-¡No,
Blaze! ¡ESPERA!
Tarde,
Silver fue arrasado por una ola de llamas de Blaze y quedó
chamuscado, cayendo al suelo. K.O.
Los
policías, Knuckles aún tapándole los ojos a Tails y yo nos giramos
antes de acabar como él, y Blaze aprovechó para colocarse la ropa.
Scourge
fue arrestado y nosotros cinco volvimos a casa, uno con quemaduras y
deprimido.
-El
pobre no da una derechas-me susurró Knuckles, mirándole con
compasión y a la vez con una pequeña sonrisa en el rostro. Puede
sonar cruel, pero es que era hasta divertido ver los fracasos
amorosos de nuestro amigo.
-Ya,
ya-dije riendo y mirándole-. Y la verdad, Blaze es una bestia, sólo
iba a ayudarla.
Ambos
nos reímos, y Tails se quedó mirándonos extrañado.
-¿Se
puede saber qué ha pasado ahí dentro, que no he podido verlo?
-Cosas
de mayores.
-Tengo
un coeficiente intelectual mucho mayor al vuestro, lo entenderé a la
perfección-nos miró con incredulidad.
-Sí,
pero sigues teniendo una mentalidad de niño para estas cosas-rió
Knuckles revolviéndole el pelo.
Mientras
Tails se quejaba, observé a estos dos. No se dirigieron la
palabra... Y cada día me convezco más de que Silver no conseguirá
nada con Blaze si no cambian -.-"